Guasch Trade and Industrial Corporation

75 Tren 1

75º ANIVERSARIO DE LA CONEXIÓN FERROVIARIA INTERNACIONAL POR LA CERDANYA

Circulación de un tren especial de autoridades, encabezadas por el presidente de la Generalitat, entre Ripoll (Girona) y La Tour de Carol (Francia).

Uno de los grandes hitos de la celebración del 75º Aniversario de la Conexión Ferroviaria por la Cerdanya, bajo la dirección ejecutiva de Carlos Guasch, fue el viaje hasta Puigcerdá y La Tour de Carol de una amplia representación política e institucional, encabezada por el presidente de la Generalitat de Catalunya, Pasqual Maragall.

El evento no sólo estaba llamado a concentrar una amplia representación española, sino que incluía un señalado encuentro con representantes gubernamentales franceses y andorranos. No en vano, la celebración trataba de rememorar el avance que significó en su día para los diferentes territorios pirenaicos la apertura de esta línea transfronteriza. Programa de actos.

A la llegada del presidente Maragall a Ripoll para ponerse al frente de la comitiva, fue recibido por los miembros de ésta que allí le aguardaban. El primero de ellos, Ricardo Oliver, presidente del Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español, impulsor de la conmemoración. Allí estaban también, Teresa Jordà, alcaldesa de Ripoll; Josefina del Pozo, presidenta del Consell Comarcal del Ripollès; Joan Vilalta, presidente de la Unió Intersectorial i Empresarial del Ripollès; Mariano Garrido, director general de Cercanías de RENFE, así como otros diversas autoridades y representantes.

Para la ocasión esperaba en los andenes de la estación de Ripoll una unidad eléctrica serie 440, puesta a disposición por RENFE. A ella fueron subiendo los miembros de dicha comitiva, toda vez que el presidente Maragall, en compañía de su esposa, Diana Garrigosa, quiso saludar al conocido jefe de maquinistas Jordi Valero, presente en numerosos actos ferroviarios de carácter histórico quien, también en esta ocasión, iba a ponerse a los mandos del convoy.

El recorrido en tren tras abandonar la estación de origen estuvo jalonado por paradas en todos y cada uno de los pueblos de la línea cuyo aniversario se conmemoraba. En sus respectivas estaciones, la comitiva fue saludada por los miembros de sus corporaciones municipales, además de cuantos vecinos lo desearon, que habían acudido a saludar a tan inusuales viajeros.

Ribes de Freser, Planoles, Toses, etc., fueron testigos de repetidas escenas de alegría y de soporte a la conmemoración histórica. En algunas localidades, el agasajo a los ilustres desplazados no se limitó a acudir a saludarles sino que se organizaron verdaderos festejos, amenizados por grupos musicales o de otro tipo.

Entre los miembros de la comitiva en cuestión se encontraban el citado Manel Nadal, secretario de Mobilidad de la Generalitat de Catalunya, e Irene Rigau, en representación, también, de la Generalitat, Josep Manau, director de Cercanías de RENFE en Cataluña, que compartía viaje con el citado Mariano Garrido, especialmente desplazado desde Madrid, así como numerosos alcaldes y concejales.

Llegados a Puigcerdà, todos ellos fueron recibidos por la Corporación Local, toda vez que se unieron a la misma un nuevo grupo de autoridades. Así, la comitiva oficial quedó finalmente definida en su configuración definitiva, excepción hecha de los componentes de la delegación francesa, los cuales se hallaban esperando el tren español en los andenes de la estación fronteriza de La Tour de Carol, ya al otro lado de la frontera.

Tras la breve parada hecha en Puigcerdá, el tren reemprendió su marcha, dispuesto a atravesar la frontera que 75 años antes se había atravesado con carácter inaugural. Ya en territorio francés, el convoy hizo su entrada en la citada estación de La Tour de Carol donde era aguardado por autoridades, representantes y un numeroso público venido de todas las comarcas limítrofes. Con ello, quedó completo el total de autoridades (españolas, francesas y andorranas) que, con tan singular ocasión, se habían dado cita al otro lado de la frontera.

El descenso del tren especial resultó notablemente accidentado tras haber quedado desbordada toda previsión de asistencia. No sólo se habían desplazado numerosos vecinos de las zonas colindantes del sur de Francia, sino también del vecino Principado de Andorra. Así, tras la recepción en los andenes, que resultaron insuficientes para dar cabida a semejante aglomeración, la comitiva fue abriéndose paso hasta uno de los locales de la estación, donde se había servido un aperitivo.

Una vez más, las previsiones de espacio en las estancias en que debía servirse el aperitivo se vieron totalmente superadas, resultando necesario el rápido desplazamiento a la zona en que debían tener lugar los parlamentos institucionales. Ésta tampoco resultó suficiente. Sobre todo, atendido que el público asistente que había decidido acudir a los actos no dejaba de aumentar. Aun así, se dispuso lo conveniente para que pudieran tener lugar intervenciones programadas.

Ricardo Oliver tuvo la satisfacción de encontrarse en La Tour de Carol con los representantes del tejido civil francés, encabezados por Guy Saurat, que habían decidido dar soporte al Centro de Estudios Históricos del Ferrocarril Español en la organización de aquel magno que estaba teniendo lugar y que, de forma inusual, lograba congregar en torno a la reivindicación ferroviaria las delegaciones oficiales de los tres gobiernos implicados.

La presidencia del acto institucional celebrado en los salones de la estación de la SNCF de La Tour de Carol-Enveitg se hallaba compuesta por Pierre de Pastors, alcalde de Enveitg; Albert Truno, alcalde de La Tour de Carol; Marcel Mateu, vicepresidente del Conseil Général des Pyrénées Orientales, en representació de Christian Bourquin, 1.er vicepresidente del Conseil Régional du Pyrénées Orientales; y Augustin Bonrepaux, presidente del Conseil Général de l’Ariège. Ricardo Oliver y Pasqual Maragall efectuaron, por su parte, las oportunas intervenciones.

Finalizado el acto, los presentes se dirigieron a la unidad eléctrica que había llegado poco antes a aquella estación procedente de territorio español. En ella embarcaron tanto los miembros de las delegaciones españolas como los de la francesa y la andorrana. Volvían a figurar entre ellos una nutrida representación institucional. Joan Carretero, conseller de Governació de la Generalitat de Catalunya; Xavier Casas, teniente de alcalde del Ajuntament de Barcelona; Irene Rigau, en representación de la citada Generalitat de Catalunya; etc. Joan Vilalta, actuaba a su vez y en cierta medida de anfitrión, atendida su calidad de presidente de la Asociación Transpirinenca.

Llegado el momento, el tren partió nuevamente en sentido inverso para dirigirse a Puigcerdà. Allí debía tener lugar el acto central de la jornada para el que todo se hallaba plenamente dispuesto. Durante el trayecto, los delegados de la Comisión Organizadora distribuyeron entre los presentes unos trípticos de difusión con la historia de la vía férrea hasta Puigcerdà y el enlace internacional inaugurado en 1929.

Tras bajar del tren, la comitiva se dirigió al escenario levantado frente a la estación de ADIF de Puigcerdá, desde el que debían tener lugar los parlamentos institucionales. Todos ellos volverían a reivindicar la necesidad de potenciar este eje ferroviario transfronterizo, tan costosamente construido en su día, así como el papel que debe seguir teniendo como importante arteria de conexión internacional entre ambas partes de esta zona de los Pirineos. Sobre todo, destacaron, por el valor añadido que tiene la cercanía geográfica de Andorra.

Tras la bienvenida de Joan Planella, alcalde de la capital de la Cerdanya, tomaron la palabra, sucesivamente, Joan Vilalta, presidente de la mencionada Associació TranspirinencaBernard Valero, cónsul general de França en Barcelona; Charles Marziani, vicepresidente del Conseil Régional del Midi Pyrénées, en representación de Martin Malvy, presidente del citado Conseil Régional; y Miquel Àlvarez, ministro de Economía del Gobierno del Principado de Andorra.

Terminadas las intervenciones, Ricardo Oliver cumplió solemnemente con el encargo recibido de todos los alcaldes de las diferentes localidades de la línea entre Barcelona y Puigcerdà, haciendo entrega al presidente de la Generalitat de los manifiestos firmados por todos y cada uno de ellos, pidiendo al Gobierno que presidía la mayor determinación a la hora de defender la pervivencia y potenciación es este eje ferroviario. Pasqual Maragall recibió la carpeta con los citados manifiestos, toda vez que quedó encargado de dar conclusión al acto.

En su parlamento de cierre, Pasqual Maragall dio las gracias por la calurosa acogida dispensada por los habitantes de aquellas comarcas, toda vez que se comprometió, en nombre de la Generalitat de Catalunya, a defender la más profunda revitalización del eje ferroviario cuya conmemoración allí les congregaba. Concluido el acto, los presentes se dispusieron a dirigirse al Ayuntamiento, donde eran esperados para firmar en el libro de honor.

Atravesada la población entre la algarabía general de sus habitantes, los componentes de la comitiva oficial, encabezados por el presidente Maragall, llegaron a la sede consistorial donde, acompañados del alcalde, Joan Planella, firmaron sucesivamente en el libro de honor del Ayuntamiento. Otras autoridades y representantes.